La piel de los niños es más vulnerable al sol que la de los adultos y la radiación que reciben durante la infancia es determinante para el futuro de la piel. Además, una fotoprotección óptima requiere una cantidad suficiente de fotoprotector y una frecuencia adecuada, requisitos complicados de controlar en el caso de los niños.
Vía oral. El contenido puede disolverse directamente en la boca, en agua o zumo de frutas. Tomar un sobre al día antes de la exposición solar en niños a partir de 4 años, y 2 sobres en niños mayores de 10 años. No superar la dosis diaria recomendada. Durante la exposición solar es importante aplicarse un fotoprotector tópico adecuado.
